Adiós 2021…

Gracias por la ilusión de tantos comienzos, por la dopamina de imaginar lo que podría ser. Por el asombro que traen nuevas vivencias, nuevos domicilios, nuevas latitudes, nuevos hogares. Gracias por los momentos de soledad y de compañía. Gracias por incomodarme, por sacudirme, por empujarme a crecer….Por contradecirme.

 

Gracias por los si’s que me hicieron festejar, gracias también por los no’s que me dieron perspectiva. Gracias por el peso de la realidad que mantuvo mis pies en el suelo, y por la ligereza de la posibilidad que echó a volar mi emoción a lo que puede, podrá y será. Gracias por lo nuevos amigos y los no tan nuevos. Por las andadas en bici, las risas sin límite de tiempo. Por los cómplices con los que la vida sabe más rica. Por los que están, por los que dijeron adiós y por aquellos que fueron un hasta luego. Gracias por las sobremesas, por los imprudentes, por los centrados y por los que ponen pimienta a las pláticas. Por lo imperfecto que me relajó, por lo que no salió como creí y me flexibilizó, por los que piensan como yo y por aquellos que me retan a abrirme mundo. Gracias por tantas caminatas. Con música, con pláticas, con viento, con sol. Con botas, con tenis, con calles, con tierra, con pasto, con charcos. Con mapa o sin dirección. Gracias por Dori, que si bien no sigue los caminos más eficientes, si encuentra los más sorpresivos.

 

Gracias por los libros; por aquellos que me devoré, aquellos que dejé, aquellos que me ayudaron a dormir, a los que me desatoraron. 2021, me enseñaste a viajar más ligero, a que hogar está en mí y que mi casa cabe en un bolsillo. Que necesito menos, que suficiente es una elección. Y que daré caminatas más largas si mi mochila pesa menos.

 

Me llevo tarea al 2022, Sigo retada a tomar más agua, a no dejarme gobernar por los impulsos, a vivir que nada es personal a menos que yo lo decida, que las cosas pasan, no me pasan. Que la vida es y los adjetivos los pongo yo. Que no me debo comprar ningún personaje, por más tentador que sea y que la vida hay que dejarla fluir. Que nunca quedarás bien con todos y que soltar la expectativa es la verdadera libertad.

 

Gracias por haberme dado tanto asombro, tanto nuevo, tanto para explorar. Por llenar a puños mi curiosidad y mantener estimulada mi imaginación. Gracias por las chelas frías, por el chocolate, y por los viernes de cuernito y café. Por los fines de amanecer lento, por los desayunos en cama, por los acurrucos, por los baños de agua caliente, por sentirme viva con la música, por los momentos de piel chinita, por llorar de felicidad, por los abrazos de Elvira, por la naturaleza…. otra vez gracias por la naturaleza. Gracias por tantos viajes… los de cerquita, los de lejos, los de casa. Gracias por mostrarme que estoy a un cuarzo de distancia del mundo imaginario que yo elija, que la magia es interpretativa y personal, que la realidad es perspectiva y la perspectiva es creada por creencias y las creencias se pueden moldear, que no hay gravado en piedra porque siempre hay un cincel disponible para editar.

 

Este año experimenté perder. Experimenté fracasar; decidí aprender. Entendí que no pasa nada… Y que aquel gran reto siempre llega acompañado con sabiduría de cómo salir viva de esa. Viajé en el tiempo al recordar, al estar y al soñar. Agradezco aquellos momentos de entender el pasado y comprender ¿Por qué y para qué? Y decido soltar hoy aquello a lo que aún no le encuentro explicación.

Descubrí que en el dolor hay belleza, que los momentos de duelo son necesarios y realmente sanadores, que las dificultades te rompen para reconstruir una versión de ti más fuerte y que al ver atrás, esos momentos se convierten en cimientos para tus nuevos pasos… unos más sabios.

 

Me sumergí en muchos momentos de silencio, perdiendo el pasar del tiempo, de los pendientes, de aquello que da prisa, pero no importancia. Invité en mi camino a mi querida soledad y la sensación de satisfacción al estar sola conmigo. Agradezco mi desorden, mi empezar muchas cosas a la vez y sentir caos, porque en el caos he encontrado grandes ideas. Agradezco no encasillarme ni sentir culpa al escuchar el cómo lo hacen los demás. A tomar perspectiva y entender que no solo hay una forma de hacer las cosas.

 

Gracias por los espejos, por aquellos maestros que me han caído fatal porque detonan lo incómodo en mi, prometo seguir trabajándolos y así trabajándome.

 

2021 te dejo una dosis de miedo reconciliado, una carga de estrés que no me sirvió pa nada. Te dejo la comparación que solo me ha dejado dolor y que decido no cargar más. Te dejo atado a una cuerda un poco de ego que sobró, el recuerdo de un abrazo con mis sombras y me llevo un post it para no olvidar que para que haya luz, debió haber obscuridad.

 

2022, Estoy lista para nuestro viaje. que venga lo que tenga que venir. Porque aunque entiendo que soy el conductor en este camino, Quedo atenta a las señales, abierta a las vueltas en U, flexible a recalcular el camino, pendiente de parar para descansar, emocionada a subirle al volumen y cantar fuerte, a traer abajo las ventanas y sentir el viento y el sol. Consciente para dar raid si alguien me lo pide en el camino, a permitirme echar un par de reversas y quizás no seguir las reglas. A ir en silencio y reflexionar. A llevar muchos munchis y agradecer que hoy, hay un año más para mí.

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