Es lo que hay

“Es lo que hay”, una frase que a simple vista parece una adoptada por el colectivo sin mucha conciencia al pronunciarla, pero en realidad si te detienes a entender lo que pretende decir, es mucho más que sólo una salida fácil al hablar.

“Es lo que hay” es realidad, es atención a lo que es, es aceptación, es detener el drama de lo que pudiera ser, es regresar a lo que es y hay; hoy y aquí. Y es que lo relaciono con un tema que con intención y a veces por accidente me estoy topando últimamente en libros, pláticas, podcasts; La suficiencia como satisfacción por lo que hay.

La suficiencia no como una medida, si no como una experiencia. Un entendimiento de satisfacción por lo que si hay, dejando la escasez de buscar aquello que no es; Al menos que no es hoy, porque la escasez de buscar más hace despertar la duda que carcome sobre “¿Estaría mejor si tuviera, fuera, poseyera más?… Más es una trampa… Y también una contradicción. Una contradicción a lo que hemos aprendido. A la relación esfuerzo resultado, a los mitos de más es mejor, al no hay para todos, y son pocos los que la arman.

Somos una contradicción porque queremos multiplicarnos en un mundo limitado…. Y limitado lo vemos como una barrera, un término con connotación negativa, pero la realidad es que este mundo está limitado pero a la vez es suficiente. Limitado porque el mundo no se hace más grande, los recursos son los que son, el cómo y cuándo usarlos y con quién repartirlos es lo que hace la diferencia entre insuficiencia y suficiente

 

Hay una ley natural de la abundancia, que dice tenemos “tanto” y no más. Tanta tierra, tanta agua, tanta luz del sol, tanto…. Todo en la tierra nace y crece hasta llegar a su tamaño apropiado, después se detiene.. y es ahí donde el planeta no se hace más grande, en el momento que deja de crecer…comienza a hacerse mejor.

 

El crecimiento tiene límites y es ahí en esa frontera donde el enfoque debería cambiar a mejorar lo que ya hay, y no a seguir forzadamente creciendolo. Voltear a ver lo que si hay y sacar el mejor provecho de ello. Esto es evolucionar con límites, viendo los límites no como impedimento, si no como expansión para usar mejor los recursos sin tener que todo crecerlo o pero aún, acumularlo. Porque si el mundo es finito, y los recursos en él también, ¿Por qué actuar como si no lo fueran?¿Por qué ser irresponsables en el uso que le damos a las cosas creando ostentosidad y creyendo que acumulando garantizaremos la utopía de lo ilimitado? ¿Por qué no usar lo que necesitamos y dejar pasar lo que no, para que alguien más lo tome y así… en una sabia repartición, entender el mundo de recursos materiales limitados como un mundo de recursos totalmente suficientes para todos…

 

Esa fantasía de la sobre necesidad, solo nos ha hecho tener miedo a la carencia, a pensar que no habrá para todos, a que debo hoy enfocarme en tener, por si mañana no hay. ¿Les ha pasado que cuando te avisan que no habrá agua en las próximas horas por alguna reparación de tuberías, te estresas y guardas cubetas, garrafones, termos… “por si”? Cantidades de agua que seguramente no has usado en días… Pero… no vaya ser.

La idea de insuficiencia nos paraliza y nos hace tomar decisiones con ansiedad y miedo sobre una realidad que hoy no existe, pero que en nuestro imaginario … duele. Ojo, no quiero con esto negar que la carencia material existe, y que hay extremos donde hay hambre, pobreza, enfermedad. Si… Y quizás en la distribución está la respuesta. Pero en este caso quiero hablar de la carencia apreciativa. Una más peligrosa, porque habiendo los recursos, decides no ver el valor en ellos y seguir persiguiendo lo que hoy no está. Hablo de la insuficiencia en donde tienes lo que necesitas, y aún así te sientes carente. La insuficiencia es un estado mental sobre la apreciación de lo material y no material. Una ilusión donde dependiendo la óptica del que la observa, concluirá que lo mismo; puede ser mucho o muy poco.

 

Y es que aprendimos a corretear la chuleta, a acostumbrarnos a buscar más, a normalizar la inconformidad, a sentir que más nos hará mejor, que los ceros en la cuenta nos compran seguridad y garantizan felicidad.

 

Y a veces olvidamos el ver hacia lo que ya logramos, lo que ya somos. Se nos olvida esa pausa a direccionar nuestra energía a jugar con lo que tenemos, convertirlo en lo que deseamos, darle el espacio para disfrutarlo. No sé por qué solemos creer que el futuro será mejor. Supongo que es una salida a no hacernos responsables de nuestro hoy y una miopía de que con lo que hoy hay, podríamos ser felices si nos lo propusiéramos. No es conformista aceptar lo que hay, no querer ir corriendo por más, no malgastar tu presente pensando en el posible bienestar adicional que el futuro puede traerte con eso extra que hoy ni existe, ni está. “Es lo que hay” es practicidad, es realidad, es aceptar… “Es lo que hay” es una frase que deberíamos hacer más nuestra y decirla con gratitud, conciencia y suficiencia.

La carrera de perseguir lo que hoy no tengo bajo la sospecha que me hará sentir mejor, que completará algo que hoy tengo como vacío y que seguro reparará: Es la carrera de los “no ganadores” porque en esta carrera nunca llegas, siempre hay algo más, algo mejor, algo que falta.

Y es que el día que dejemos de competir, es el día en que ganaremos la carrera. Dejar de competir con el “yo imaginario del futuro” ese que es más feliz porque ya logró, porque ya obtuvo, porque ya acumuló… La suficiencia no es material, es mental. Todo hombre tiene derecho a decidir su propio destino, y cómo dice mi querida Nilda Chiaraviglio, la única libertad que tiene el hombre es decidir lo que piensa… y cómo lo piensa.

 

¿Qué piensas de lo que hoy hay en tu vida? Te sientes cómodo y feliz al decir “es lo que hay”?

 

Cuando dejas de intentar obtener más de lo que no necesitas, te liberas para poder poner energía en lo que ya tienes. Cuando tú haces la diferencia con lo que ya tienes, eso se expande. La suficiencia está dentro de cada uno de nosotros. Es poner atención y constantemente elegir la manera en la cual vemos las cosas acerca de cada circunstancia. La suficiencia es conscientemente hacer presencia de los recursos que ya tenemos, no solo externos si no internos. Y honrarlos, no demeritarlos.  Si miramos hacia adentro entenderemos que encontraremos lo que necesitamos, que siempre hay suficiente. Y que siempre somos suficiente.

El que vive para que su presencia se note, se enfoca en ser suficiente para el exterior, el que en cambio vive siendo suficiente en su interior, es su ausencia la que se sentirá. 

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