Habitantes nómadas

Como dice la Chavela; uno vuelve a los lugares donde amó la vida.

Me gusta pensarme atemporal y eterna; Y es que el tiempo es un invento, así como las fronteras; Y para una inconforme a la que le gusta retar lo que existe e imaginar lo que podría ser… Explorar afuera de las líneas del tiempo y las fronteras se vuelve interesante. 

Siempre me ha gustado explorar, viajar, conocer, conectar; La rutina me cansa y lo cotidiano tiende a aburrirme. Me gusta el estímulo de lo nuevo, de lo diferente, de lo sorpresivo e impredecible. Me gusta habitar distintos espacios y jugar de “local”; probando comida de otras cocinas y amaneciendo con vistas desde distintas ventanas.

Nuestro instinto es nómada, nuestra costumbre es sedentaria. Nuestra naturaleza es movimiento, nuestra zona de confort busca estadía.  

Esa inquietud de descubrir me mudó hace casi dos años a Nueva York, un lugar que desean muchos, en el que duran pocos. Nueva York me ha mostrado tanto; de mí, de la gente, de la cultura, de las inseguridades, de las prisas, de las reglas, de la locura, del dinero, de lo caro, de lo vivo de los inmigrantes. 

De las ganas de movimiento y lo necesario de bajar las maletas por un rato. He aprendido de lo lleno de las agendas y la obsesión por planear; Del 20% mínimo de propinas no ganadas, de lo nuevo de sentir los cambios de estación, de los inviernos profundos y los veranos alegres.


Me quedo con muchas cosas hechas y siempre una lista de deseos por hacer. Con el tren y sus paradas en pueblos bonitos, el arte y los museos callejeros. Con la gente y su propia sanidad enloquecida, con las ganas de gritar identidades propias.

¿Lo más presente? Los andamios y las eternas construcciones, su ruido entre ambulancias y gritos; todos oyendo, pocos escuchando.

Me encantan las posibilidades que aquí se imaginan, los encuentros, la gente interesante y el movimiento de la constante novedad; Porque aquí, pocas cosas permanecen quietas, y es ahí donde los que aquí habitamos coexistimos y coincidimos con nuestra inconstante permanencia de habitantes nómadas.  


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Despertando un poco la conciencia