Despertando un poco la conciencia

“What if we shopped to live, instead of lived to shop?”

-Let my people go surfing, Yvon Chouinard

Voltea a ver a tu alrededor, imagino que estás en tu casa, quizás en tu oficina; ¿Qué de lo que te rodea es indispensable para tu bienestar? ¿Sabes el origen de cada objeto que co-habita contigo? ¿Las manos que lo hicieron, lo que debió de suceder para que estuviera ese producto ahí contigo? ¿Cuál fue la razón, emoción, necesidad que te impulsó a comprar tu última adquisición?

Hoy no quiero enfocarme en el consumo, pero parto de él porque es el origen de una serie de decisiones que tanto productores como consumidores tomamos todos los días.

Hace 15 años inicié mi carrera laboral. En ese entonces conocí lo que era el mundo emprendedor a partir de entrar a Endeavor, mi primer trabajo. Endeavor me sumergió al mundo de las empresas, al mundo donde el capitalismo era una forma de vida y el profit la máxima aspiración. 

No es la primera vez que menciono que el capitalismo ya se nos quedó corto, sobre todo porque en la evolución del sistema económico que hoy nos rige se deben incluir factores que se han quedado fuera. Y hoy centraré mis palabras en uno que me parece trascendental: La conciencia de nuestras decisiones.

To know and not to do,

is not to know

-Wang Yang Ming

La conciencia va de la mano de la responsabilidad, que va de la mano de la congruencia, que va de la mano de la información.

Una vez que sabes algo, lo esperado es que actúes en consecuencia. El problema es que cuando se revela la verdad sobre la ignorancia, para algunos no es fácil tomar un nuevo rumbo con la nueva información obtenida porque implicará un costo de oportunidad. 

Hoy quiero contarte algunos ejemplos de malas decisiones y pésimas actitudes que las empresas toman por seguir promoviendo el profit como último fin, a pesar de que la data les grita en la cara su desagradable verdad.


“I believe these clothes are produced by our blood,” 

-The True Cost: Documental


La industria de la moda rápida genera 3 trillones de dólares al año, sin embargo el costo de la producción masiva y acelerada lo pagan aquellos detrás de escena.

80 billones de piezas de ropa son compradas a nivel mundial, 400% más que hace una década. Para lograr este nivel de producción y al precio al que se ofrece, las formas productivas son irresponsables. El salario mínimo en los lugares donde regularmente se produce (Bangladesh) es de 84 dólares al mes, las condiciones de trabajo precarias y peligrosas, tanto que las fábricas textiles han sido llamadas como fuente de esclavitud en el informe de Global Slavery index.

¿Y qué hay de las farmacéuticas o las tabacaleras? Ambas industrias, a pesar del conocimiento que tienen sobre el daño nocivo que provocan sus productos, siguen impulsando su venta.

A finales de los 90 's las grandes farmacéuticas aseguraban que no era probable la adicción de los pacientes a los opioides. Sin embargo, en 2021 hubo 91,799 muertes por sobredosis en Estados Unidos, el 82.3% de esas muertes a causa de opioides sintéticos.

El tabaco por su lado, es una industria que sigue dejando profit y muchas muertes en su camino. El mercado global de productos de tabaco estuvo valorado en $721 billones de dólares en 2021 y se espera que llegue a $907 billones de dólares en 2028; provocando también 7 millones de muertes al año a nivel global. Para llegar a sus ventas, la industria destina $8.3 billones en promoción. Lo que significa $22.5 millones de dólares cada día, casi 1 millón de dólares cada hora… Shame on you marketing!!!

Aquí no hay de que “Yo no sabía”…

En un estudio de 2011 se comprobó que las grandes tabacaleras habían sabido por 40 años que los cigarrillos contienen elementos dañinos. El estudio hecho por UCLA, encontró pruebas de que las compañías tabacaleras sabían que el humo de cigarrillo contiene partículas radioactivas potencialmente peligrosas. 

Los investigadores aseguran que las tabacaleras podrían haber quitado estos elementos pero decidieron no hacerlo, ya que de esta forma se haría más difícil la absorción de la nicotina en el cerebro de los fumadores, quitando el “rush” adictivo que genera la nicotina.

“Una vez que sabes… sabes”, y ¿Qué vas a hacer con esa información?

Las industrias que mencioné no crecerían aceleradamente si no hubiéramos consumidores dispuestos a comprarles. Las malas prácticas que aquí conté no durarían si hubieran denuncias suficientes que las señalaran. Hoy no es tan fácil engañarnos, al menos no por tanto tiempo; vivimos en un mundo con acceso a información y posibilidades de reflexión, así que podría decir que tenemos lo que merecemos, tenemos lo que hemos elegido tener.

Desde Victoria147 veo todos los días nuevas emprendedoras queriendo resolver un problema real y crear negocio al resolverlo. Nos quedamos cortos si solo vemos lo evidente que es crear un negocio rentable, ¡Claro que debe ser sostenible!, ¡Claro que debe hacer sentido de negocio!,si somos empresas deberemos cubrir ese requisito.

Pero, ¿es lo único que buscamos? La respuesta debería ser “no”. Como empresas buscamos crear valor y el valor se derrama en muchas vías: económico, social, intelectual, espiritual, entre otros. Nosotros como empresas proponemos, nosotros como consumidores decidimos. 

Somos un ecosistema, y todos estamos conectados. Los consumidores y los empresarios, los gobiernos y las escuelas ¿Cómo aportamos todos a este espacio común que llamamos casa? ¿Cómo nos detenemos para actuar desde la consciencia? ¿Cómo encontramos el balance que construya un corto, mediano y largo plazo?


Con este texto comienzo un diálogo contigo, pongo palabras que espero te lleven a un espacio de silencio y a la búsqueda de respuestas a preguntas no contestadas. 

Comencemos a investigar, a detenernos y cuestionar, a crear un mundo al cual generemos valor y por ende, nos regrese lo mismo.

Si no eres parte de la solución, eres parte del problema. Nuestras decisiones tienen un efecto, nuestra desinformación también. 

El poder lo tienes tú y tú decides cómo ejercerlo.

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