¿Cómo es que contarás tu historia?

La forma más común en la que las personas renuncian a su poder, es a través de pensar que no tienen ninguno. Una forma de ejercer nuestro poder es crear nuestra realidad; Es elegir: ¿A qué le ponemos atención? ¿A qué le damos valor? ¿Cómo decidimos que las cosas nos hagan sentir? ¿Con qué ojos vemos lo que nos sucede y cómo es que reaccionamos a ello?

 

Al retar la realidad, retomamos nuestro poder sobre cómo la vivimos. Y la importancia de dudar sobre ella es que de esta manera, no aceptamos la realidad del mundo que nos presentan, si no proponemos la propia. En el camino de entender y retar mi realidad, Hay veces que experimento una sensación que me es difícil poner en palabras. De pronto siento que me abstraigo y me observo desde arriba y lo que veo es un títere, un personaje que parece tener planes, actividades, ilusiones, y con base en ello toma decisiones de lo que llama vida…

 

Cuando estoy desde ahí, observándome, tengo sentimientos encontrados. Por un lado identifico que es mi vida, la cual tomo con seriedad, la cual me importa, por la cual he hecho sacrificios y tomado decisiones difíciles. Por otro lado, también llego a sentir la realidad de ese títere como algo que se asemeja a un juego; Uno con reglas e instructivo que incluye horarios, formas de comportarme, lenguajes, limites, fronteras. Que dicta como debo verme, con qué moneditas cuento para seguir jugando y hacia dónde avanzo cuando tiro los dados; todo ello lo hace sentir real… Pero y ¿si fuera un juego? ¿Lo jugaría distinto?

 

Supongo que es diferente lo que se experimenta al jugar una cascarita “amistosa”, que un mundial en donde aparentemente hay algo más que perder…. ¿Será que la actitud de vivir jugando sin miedo a perder nos haga vivir distinto? ¿Será que la pesada expectativa de ganar, destruye el disfrutar de jugar?

 

¿Debemos de flotar con levedad o aterrizar con peso? ¿Cuál es el punto de encuentro entre la insoportable levedad del ser y la pesadez de su existencia? … Y aunque me inclino más hacia la ligereza de flotar, creo que la certeza de ser parte de un mundo material aún siendo un practicante de la espiritualidad, nos da la fórmula de gravedad perfecta para entendernos en medio… siendo capaces de tocar ambos mundos; donde ni irresponsablemente hippies, ni ultra racionalmente financieros.

 

En mi caso, aunque me gustaría verme más ligera, más despreocupada, comprándome menos el juego de esta realidad y de ganar en ella; me suelo meter hasta el fondo con seriedad estudiando y siguiendo cada punto del instructivo, me veo preocupándome por las metas del mes, por un plan económico a futuro, por tener el control. Me distraigo en pensar si lo que estoy haciendo es suficiente, si lo que tengo, vivo, experimento es suficiente y al no saber si lo es; tiendo a compararme. Y comienzo a padecer mi realidad, a sumergirme en el día a día, con atención en el corto plazo y agobio sobre el largo plazo, a crear pequeños infiernos que me llevan a lo peor que puede suceder sin confiar en lo mejor que puede pasar.

 

Bien dicen que a lo que le destinas energía se convierte en tu vida… Nada fija tan intensamente un recuerdo como el deseo de olvidarlo. Y nada fija tan fuertemente un pensamiento como la frecuencia con la que lo visitas. Así es como con total autonomía nuestros pensamientos se vuelven nuestra realidad.

Y bajo una falsa lealtad ante lo que creemos real, formamos una opinión fija de lo que somos y de lo que significa jugar este juego y hacer todo para ganar en él ... Olvidando que toda convicción es una cárcel, es una limitante a no dejar la ventana abierta a las posibilidades, a lo que puede llegar, a lo que pueda cambiar en tu pensar; a lo que no conoces aún. A entender “ganar el juego” desde una perspectiva distinta.

 

La vida es demasiado breve como para aburrirnos, quizás demasiado complicada para entenderla, y sin duda demasiado impredecible para pensar rentable el estrés. Y si dudamos a dónde vamos, sólo nos queda recordar de dónde venimos. Y en ese salto de valientes que damos todos los días al vivir, será indispensable soltar, confiar y buscar fracasar… Fracasar en ese juego del cual decidimos ser víctimas al tomarnos tan en serio en él.

 

Hoy quiero proponernos un espacio para poder fracasar, un espacio para no intentar ganar como lo aprendimos. Hoy nos propongo vernos desde afuera y reírnos de nuestro personaje y así, librarnos de él. Nos equivocamos al creernos inteligentes por no fallar. Y siento que solo los que se ríen con facilidad de sí mismos, dejan de ser víctimas de cualquier expectativa; Eso es ser realmente inteligentes. Somos nuestros pensamientos, nos materializamos por nuestras acciones, nos contamos por nuestras historias; …  Somos creadores de nuestra propia realidad. Así que ¿Cómo es que decides contar hoy la tuya?

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