Vulnerabilidad

 Vulnerabilis… conocida como vulnerabilidad; se compone de “vulnus” que significa herida, y “abilis” que indica posibilidad… La posibilidad de ser herido.

 

Esta semana me rendí ante ella. Y creo que muy contrario a lo que pensamos, la vulnerabilidad abre puertas, tira creencias, acerca posibilidades y ablanda corazones.

 

Corazones que están buscando también empatía, que se sienten aliviados al ver que esos días malos también los vive alguien más; que no estamos solos en esto. Porque detrás de esas caretas programadas del automático  “Estoy bien” hay alguien con miedo, inseguridades, con dudas y derrotas… La vulnerabilidad no es ganar o perder; es soltar el control. Es dejar de hacer necesario protegerte, es bajar la guardia dejando que te vean; Es contar la verdad acerca de tu historia….Tu historia… Una que no solo se trata de las buenas noticias y lindos días, tu historia que cuenta también con esos días en los que estás de malas y no te toleras, los días de dolorosos no’s, los días con cargos no reconocidos en tu tarjeta, aquellos con sabor a decepciones y agruras.

 

….Esta semana me tocó estar ahí… y toqué mi obscuridad, y a diferencia de otras veces donde el positivismo me invita a negar lo obscuro; me dejé vencer, me llevé a experimentar; en caída libre y sin seguro de paracaídas.

 

Ahí donde las opciones se nublan y el fatalismo asecha. Ahí donde no existen sonrisas falsas si no lágrimas que te invitan a experimentar tu dolor. La puerta de salida que encontré decía: “Vulnerabilidad”. En mi camino a retomar perspectiva comencé a ver las cosas distintas, me sentí más fuerte pero no desde la soberbia de haber triunfado, si no desde la humildad de saberme fragil y haber decidido levantarme.

 

Estar en los momentos más obscuros te pone a prueba, y también te regala la inmensa oportunidad de comprobar que si pudiste entrar, también puedes salir… Que caes pero no para siempre; Y que eso… eso también pasará. Un mal día te hace abrazar más fuerte los buenos, un cuarto obscuro te hace percibir la más mínima luz y agradecerla; tocar tu obscuridad te presenta contigo para aceptar tus propios contrastes..

Tu luz y tu sombra como aparentes contrarios, posibles contradicciones, a rápida vista enemigos, pero en realidad… Co creadores, son balance, ambos necesarios para su mutua existencia... La lejanía para encontrarse cerca, los ojos cerrados para ver con claridad, el silencio para escuchar nuestro propio ruido. Nuestros obscuros que no opacan nuestros claros, la sonrisa para disfrutar también el llanto, lo que queremos dejar y por el contrario a lo que estamos aferrados. Y así, en su complicidad … somos nosotros su resultado.

 

Nuestra historia es la suma de todas nuestras experiencias... “¡Será aquel quien se atreva a vivir su mayor pasión; quien debe estar dispuesta a sentir la mayor caída….” Y quizás en ese momento donde la inseguridad nubla tus fortalezas, es la vulnerabilidad quien te lleva a sumergirte para encontrarlas…

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